Thursday, November 11, 2010

Desalojo de la comunidad.

INVESTIGACIÓN DEL INTERNATIONAL PEACE OBSERVATORY


IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.

Privatización y Derechos Humanos. Recursos Naturales y Transnacionales
6.07.07

A continuación se extrae un fragmento de la investigación, en concreto en lo referido a la construcción de la presa de Salvajina en el norte del Cauca (Colombia) que tuvo un elevado impacto ambiental, social y cultural y que actualmente está en manos de Unión Fenosa. En este extracto, los investigadores hilan con la mínima intervención un conjunto de testimonios de las personas que sufrieron directamente la construcción de la presa y la represión ante la demanda del respeto a sus derechos.

Con la construcción del embalse de Salvajina, en 1980, en el Departamento del Cauca, se inicia un proceso de compra de tierras, migraciones y empobrecimiento de los pobladores aledaños al río.
“A la gente le decían: ‘le damos esta plata y usted con esto compra en otra parte’, y la gente como no sabía cuánto valía en otra parte, recibió esa plata y creía que con eso iba a comprar en otra parte una finca mejor que la que tenían, pero resulta que la gente no compró nada porque esa plata no le alcanzó para nada. Mucha gente se fue para Cali, Villa Rica o Jamundí, pero no compraron nada, pagaban arriendo, se gastaron la plata y les tocó volver acá. Casi se me olvida, algo curioso en cuanto al pago de las tierras, pagaban por ejemplo dos millones de pesos en billetes de 2.000, eso era un montón, entonces entró la locura y uno regalaba, otro tiraba. La gente volvió a ocupar estas tierras, mucha gente ha vuelto, otra se ha quedado en la ciudad, pagando arriendo o quién sabe. Eso ha sido una situación económica muy mala que ha creado una desestabilidad en la mayor parte de la gente. Por eso se hizo la marcha del 86, porque la gente volvió a reclamar estas tierras”.


Testimonios:
En la voz de un líder de la comunidad lo que ocurrió fue lo siguiente:
 Desde 20 años antes el gobierno y sus empresas venían buscando hacer su hidroeléctrica. Empezaron estudiando desde el corregimiento La Balsa, Timba, San Francisco, El 21, buscando donde el terreno tenía la suficiente consistencia para hacer la muralla. En esa búsqueda dieron con Suarez y decidieron hacer allí el anclaje y la muralla. Iniciaron la construcción y en la marcha se entró en la negociación de las fincas. La CVC le pagó a la gente de acuerdo a los avalúos estatales. A los que se resistieron les consignaron la plata en un depósito fiduciario. La gente no creía que el agua iba a llegar a las fincas y las iba a inundar. La CVC exigía título de propiedad y mucha gente solo tenía la posesión o contratos de compra venta que no eran válidos. Algunos tenían hasta veinte años con esos contratos y ahora la empresa decía que no eran válidos. A esos no les pagaron nada.”

Al respecto un habitante dice lo siguiente:
Antes de que represaran el agua del río Cauca nosotros sacábamos oro y material para construir, podíamos caminar y pasar libremente de un sitio a otro, teníamos cultivos, no habían preocupaciones. Ahora no podemos transitar libremente de un lado a otro porque quedamos incomunicados por el lago tan grande que se formó. Donde había cultivos y teníamos nuestras minas artesanales quedó inundado. Es cierto que a muchos les pagaron las tierras que inundaron, pero resulta que como nosotros somos del campo, ignoramos muchas cosas de la plata, cuando a muchos les mostraron un montón de plata y vieron tantos billetes, pensaron que con eso les iba alcanzar para comprar tierra en otra parte y algo mejor. Pero la realidad fue otra, la plata no alcanzó y mientras se buscaba otro sitio para comprar, se gasto en arriendo, en comida y poco a poco la platica se fue acabando y no compraron otra tierrita, quedaron sin nada”. (Hombre mayor de 50 años")

Celio valencia presidente de la Asociación Pro-damnificados de la  Salvajina ASOPRODESA afirmó:
“yo tenía una parcela cerca al rio Cauca, con la producción  y lo que me ofrecía el rio mantenía a mi familia, según los cálculos la inundación no llegaría hasta mi parcela por lo que nos rehusamos a salir, días después la fuerza pública llegó y destruyó mi casa y nos sacaron por la fuerza, hoy vivo a la orilla de la vía a la represa, del rebusque y no hemos logrado que nos indemnicen;  cientos de familias corrieron  la misma suerte.”

Los miembros del Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC – en Colombia, protagonizaron en 1986 multitudinarias protestas en contra de la construcción de la hidroeléctrica Salvajina, a la vez que reclamaban compensaciones más justas por parte de la agencia constructora. (IWGIA newsletter, 47).

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